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jueves, 13 de enero de 2022

NO ESCONDAS TU NEGLIGENCIA - ENERO 13






» 24 Por último se presentó el siervo que tenía una sola bolsa de plata y dijo: “Amo, yo sabía que usted era un hombre severo, que cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó. 25 Tenía miedo de perder su dinero, así que lo escondí en la tierra. Mire, aquí está su dinero de vuelta”. Mateo 25:24 - 25. NTV.


Muchos tienen la manía de culpar a otros de sus fracasos o de su actual condición de vida que llevan. Lo que sucede es que nunca han hecho consciencia que el verdadero problema de la manera como viven está en ellos mismos. Culpan al gobierno, al sistema, a la política , a la economía, a la familia, a su pasado, e incluso, a Dios de su pobreza o de su ruina. Encontrar en otro la culpa de los problemas que vivimos es lo más fácil de hacer, en vez de revisarse interiormente y encontrar la verdadera raíz su actual situación.

Para el tercer siervo que recibió los recursos de su amo cuando tuvo que rendir cuentas y se fijó que había sido improductivo, usó la excusa más fácil, culpó a su amo, le dijo: “Amo, yo sabía que usted era un hombre severo, que cosecha lo que no sembró y recoge las cosechas que no cultivó.” Esa es la salida más cómoda para no reconocer: “soy negligente”. Esconder nuestra negligencia con excusas o centrándonos en los defectos de otros, sobre todo de quienes quieren ayudarnos, es lo más pueril que podemos hacer. En las iglesias, en las empresas, en todo lugar encontramos gente que se le entregan recursos, pero se encargan de tenerlos escondidos o enterrados. El liderazgo de las organizaciones está repleto de personas con estas características de: “usted es responsable de mi condición”. No se han dado cuenta de su “falta de auto-responsabilidad”, la cual no han asumido hasta el momento. Rompamos con ese mal habito de culpar a otros y asumamos nuestra parte en la multiplicación del Reino de Dios.




T.A.S.C.D.

Juan 3 - 4



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás