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miércoles, 29 de diciembre de 2021

Y DE LO REBIDO DE TU MANO TE DAMOS - DICIEMBRE 29






» Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos. 1 Crónicas 29:14, RV60.


“Pues todo es Tuyo”, esta declaración es contundente. Es el reconocimiento por parte del rey David de dónde procedían sus bendiciones, incluyendo sus finanzas. Tu dar es demostración de tu gratitud, y aunque para muchos cristianos la cantidad no es lo que debe importar, puedo asegurarte que lo que le presentas al Señor a través de tu ofrenda, diezmos, primicias o cualquier otro concepto habla de cuánto agradecimiento tienes para con Su nombre y qué tanto reconoces que lo que posees proviene de Él y no de tu propia capacidad o habilidades para producir o hacer negocios.

Al principio de la historia de la humanidad, en la Biblia, encontramos la historia de dos hermanos, Caín y Abel. Cada uno se presentó delante de Dios con una ofrenda. Caín le ofreció de lo que encontró en su campo; mientras que Abel presentó a Dios una ofrenda con todas las características de excelencia. Génesis 4 describe que la ofrenda que agradó a Dios fue la de Abel, no la de Caín. Aunque la narración histórica no lo dice, podemos intuir que a Dios le agradó la ofrenda de Abel por el reconocimiento que le hizo sobre de dónde provenía sus bendiciones. De igual manera lo observamos en la historia de la ofrenda que recolectó el rey David para la construcción de la casa de Dios. Él tuvo en cuenta que todas las ofrendas materiales tuvieran el sello de la excelencia. Cada material descrito en 1 Crónicas 29 es de una exquisitez y de un alto valor, que significó un sacrificio. Sí, todos dieron una ofrenda de gran valor, porque fue su manifestación de agradecimiento por todo el bien que de Dios habían recibido. Así debe ser nuestro dar con acción de gracias a Dios. Debemos darle según la honra que Él merece, pero también como una forma de mostrarle que lo que tenemos lo tenemos gracias a Su gran amor para con cada uno de nosotros.




T.A.S.C.D.

EZEQUIEL 38; Lucas 11



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás