»Den gracias al Señor, porque Él es bueno; Su gran amor perdura para siempre. Salmos 136: 1. NVI.
En el Salmo 136 encontramos 26 razones por las cuales ser agradecidos con nuestro Padre celestial. La primera de ellas es: porque Él es bueno. Tal vez en español o en otro idioma el adjetivo bueno puede sonar como algo muy simple o de poca monta. Sin embargo, cuando vamos al texto hebreo de donde se toma esta palabra no nos encontramos con un mero adjetivo de complemento, sino también con un sustantivo que ratifica lo puro, santo y sublime que es Dios. Tov (tau) es la palabra hebrea para el sustantivo o adjetivo bueno. Como lo vemos en Génesis 1:31, cuando el escritor sagrado dice: “y vio Dios que todo lo que había hecho era bueno en gran manera”. Se aplica Tov (bueno) para decir que toda la creación es buena porque quien la creó es bueno (santo) en gran manera. Si nuestro Dios es bueno en gran manera, toda Su creación tiene el mismo atributo, por lo cual la bondad debe ser la marca de un ser creado o re-creado a la manera de Dios.
Los 26 versículos del Salmo 136 contienen la frase: “Su gran amor perdura para siempre”. Cada vez que el salmista describe a Dios o algún beneficio Suyo, termina diciendo esa frase. Quiere enfatizar que la razón más importante y relevante por la que debemos ser agradecidos con Dios es por quién es Él y por todo lo que hace en favor de Su Creación. Porque si Dios es bueno en gran manera, todo lo que hace tiene ese sello de bondad en favor de quienes le amamos y le honramos con gratitud. Esta pequeña estrofa compuesta por el rey David fue cantada por los salmistas asignados por él para rendirle adoración y gratitud a nuestro Dios. De manera que, si no encuentras un motivo presente para darle gracias a Dios, solo recuerda que la segunda razón que nos da el rey David es que “Su gran amor perdura para siempre”. En ese coro reúnes todas las razones para tener gratitud para con Dios.
T.A.S.C.D.
EZEQUIEL 21; SALMOS 144
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
EZEQUIEL 21; SALMOS 144
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás