.png)
»1¡Con todas las fuerzas de mi ser alabaré a mi Dios!
2 ¡Con todas las fuerzas de mi ser lo alabaré y recordaré todas sus bondades! Salmos 103:1 - 2, TLA.
La versión Reina Valera 60 dice: “Bendice alma mía al Señor y bendiga mi ser su santo nombre. Bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios…” Luego comienza a enumerarlos uno por uno. La alabanza no es otra cosa que sacrificios de acción de gracias a Dios. Por eso cuando un creyente siente amor por Dios y gratitud por Su nombre lo que más aflora de sus labios es alabanza, bien sea con cánticos de júbilo, con danza y pandero, con una intensa reverencia hacia Dios y con obediencia plena a sus mandatos.
David el dulce cantor de Israel fue un hombre de mucha gratitud con Dios. Lo demostró con hechos, incluso, en momentos cruciales de su vida cuando pecaba. Para Él el arrepentimiento era muy importante para mantener una relación de comunión con Dios. Amaba a Dios y Su Palabra. Fue un hombre conforme al corazón de Dios. David demostró cuán agradecido estaba con Dios al despojarse de toda su riqueza para que su hijo Salomón construyera un gran templo para Su Señor. Pero también lo demostró cuando fue confrontado por el profeta Natán al momento de cometer adulterio y asesinato en el caso de Batsabé y su esposo. Su gratitud se manifestó cuando hizo todo lo posible por traer el Arca del Pacto de Silo a Jerusalén. También lo hizo cuando organizó a los levitas para que sirvieran en el templo. Pero la acción de gracias más trascendente es cuando obligaba a su alma a bendecir y alabar el nombre de Dios, sobre todo en aquellos momentos donde sentía que no era fácil seguir alabando a Dios por causa de las circunstancias difíciles que vivía. Encuentra razones de peso por las cuales invitar a tu alma a vivir en gratitud a Dios siempre.
T.A.S.C.D.
EZEQUIEL 20; SALMOS 143
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
EZEQUIEL 20; SALMOS 143
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
