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lunes, 6 de diciembre de 2021

NO ES POR TU PODER O TU FUERZA - DICIEMBRE 6






»17 No pienses jamás que por tu poder y tu fuerza has obtenido esa riqueza. 18 Recuerda siempre que el Señor tu Dios es el que te da el poder para obtener las riquezas, y él lo hace para cumplir la promesa hecha a tus antepasados. Deuteronomio 8:17 - 18, TLA.


El orgullo tiene una fuerza mental tremenda y es la de hacerle creer a una persona que todo lo que tiene o ha conseguido es producto de su gran capacidad. Es por eso que los orgullosos tienen una prepotencia en sí mismos como único valor y soporte en sus vidas. El lenguaje y verbo del orgulloso es “MI” o “YO”. Mi casa, mi trabajo, mi empresa, mis hijos, mis negocios, mi carro, mi matrimonio, mi, mi, mi. Todo para ellos es un auto-elogiarse. El pecado del orgullo es la raíz de todos los males de la humanidad. Desde el jardín del Edén lo vemos presente en la vida de los seres humanos. La serpiente, tipo de satanás, fue quien introdujo este pensamiento en el corazón de Eva cuando le dijo: “con que Dios no quieres que seas como Él”, por eso no te deja comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Esa frase fue la que abrió el sistema de pensamiento de Eva y también le abrió sus ojos para luego codiciar en su corazón y terminar comiendo del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal. Eva y luego su marido querían ser como Dios, ese es el pecado del orgullo.

La única manera de no permitirle al pecado del orgullo levantarse en nuestro corazón contra Dios, es someter cada decisión de nuestra vida a Él. Para ello debemos consultarle nuestros planes y proyectos, así como reconocer que cada triunfo o logro que obtengamos ocurrió porque nos sometimos a Su voluntad y todo fue favorable porque Él obró en nuestro favor. Elimina toda opción de llevarte los elogios que solo pertenecen a nuestro Padre celestial, eso es gratitud.




T.A.S.C.D.

EZEQUIEL 15; SALMOS 138



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás