«19 »Ten por cierto que si te olvidas del Señor tu Dios y adoras en su lugar a otros dioses, si te desvías por malos caminos, ciertamente perecerás 20 como las naciones que el Señor destruyó delante de ti. Tu destino será el mismo si no obedeces al Señor tu Dios. Deuteronomio 8:19 - 20, TLA.
Es necesario decirte que el principio de la idolatría es un corazón ingrato e insatisfecho con el Dios verdadero. Jesús lo dijo en el Sermón del Monte, que no debemos tener dos señores, porque amarás al uno y aborrecerás al otro; servirás al uno y dejarás de servirle al otro. No puede servir a Dios o a las riquezas, aunque Él dijo “mamón”. Cuando olvidamos de dónde nos sacó el Señor (Egipto) y a dónde nos introdujo y nos dio como posesión (Nuestra propia tierra prometida), es fácil creer que eso es por merito propio o que Él estaba obligado a hacerlo porque así se lo prometió a Abraham.
Cuando tenemos un corazón olvidadizo con Dios comenzamos a levantar nuestros propios dioses extraños. El dinero, las propiedades, el trabajo, el deporte, el ministerio, la familia, los negocios, o cualquier otra cosa que nos roba el tiempo y terminan por apartarnos del Dios verdadero. Moisés en Deuteronomio 5:6 le recuerda a Israel que solamente deben amar a Jehová Su Dios por encima de todas las cosas. Si no amamos a Dios por encima de todo, es fácil comenzar amar todo lo demás que nos rodea. La gratitud a Dios es un muro de contención que nos ayuda a centrarnos en Dios y no en mamón. Cuando alabamos, adoramos, servimos y damos con alegría de corazón para la obra de Dios estamos expresando gratitud a Dios y de esta manera rompemos con el espíritu de mamón que pretende gobernar nuestra vida espiritual. Ahí está la clave.
T.A.S.C.D.
EZEQUIEL 16; SALMOS 139
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
EZEQUIEL 16; SALMOS 139
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás