ȃl provee alimento a todo ser viviente...Su gran amor perdura para siempre. Salmo 136:25. NTV.
Dios no solo no nos olvida sino que tampoco deja de proveernos, por eso uno de sus nombres es Jehová Jireh, el Dios que provee de donde no hay. El salmista David recalca que nuestro Padre celestial es quien provee alimento para todo ser viviente. Así como el sol sale para buenos y malos, para ricos y pobres, para gente de cualquier color, nacionalidad, religión o perteneciente a cualquier partido político; o el oxigeno es para todos los seres vivientes de este planeta, así también son los recursos naturales, sirven para todos los seres humanos de que viven en esta tierra. Dios no deja de proveerle alimento a quienes lo aborrecen o denigran de Su nombre o manifiestan no creer Él. Su provisión eterna es para con toda Su creación sin excepción alguna.
Esta expresión del amor de Dios es otra muestra fehaciente de Su gracia para con la humanidad. Sabemos que hay mucha gente que no cree en el nombre de nuestro Padre celestial, sin embargo ellas también reciben de la gracia de Dios y de la provisión que viene de Su parte. Dios es Dios de todos, su corazón ama con inmensidad y sin límites. Al pecador le ofrece la salvación por medio de Cristo, pero no lo excluye de proveerle. Los recursos naturales pueden ser explotados por hijos suyos o por sus criaturas. Todo está disponible para quienes quieran hacer uso de los mismos. Su provisión no cesa, Él tiene el control de toda la tierra aunque muchas veces nos parezca que no es así. Entonces, como no darle gracias a nuestro Padre celestial por Su eterna provisión. De todas maneras es importante anotar que, aunque Dios provee para todos tiene un especial cuidado de provisión para su pueblo amado, quienes debemos estar en total acción de gracias con Él por su gran amor y provisión.
T.A.S.C.D.
EZEQUIEL 26; SALMOS 149
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
EZEQUIEL 26; SALMOS 149
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás