No tendrás dioses ajenos delante de mí. Deuteronomio 5:7, RV60.
En estos días como en los días de Moisés y desde la antigüedad el término idolatría se asocia con figuras hechas de algún material como madera, piedra o cualquier otro que se encuentre en la tierra, y todo esto es producto de la imaginación humana, porque el ídolo requiere que un ser humano lo cree, lo moldee y lo levante físicamente, tal como lo declara el Salmo 115. Técnicamente puede ser así, pero un estudio más concienzudo de la raíz etimológica del termino idolatrar encontraremos que la verdadera razón para levantar un ídolo físico es que primero se ha levantado en el corazón desviado y pecador del ser humano. La raíz de este término es doblar los lomos a una imagen.
El primer mandamiento, desde la ley, no “es amar a Dios por encima de todas las cosas”, sino “no tendrás dioses ajenos delante de Mi”. Moisés enseña en Deuteronomio 6:4 que los hijos de Dios solo tenemos un único y verdadero Dios, llamado Jehová. Decir Su nombre es muy vital para erradicar el corazón idolatra que querrá saltar por delante en nuestra adoración. La Biblia es reiterativa cuando menciona el nombre de Dios para evitar que nos confundamos con dioses extraños creados por el hombre. El Señor enseñó que no podemos servir a dos señores, porque amarás a uno y aborrecerás al otro; servirás al uno y menospreciarás al otro. Y aunque su tema tiene que ver con “mamón” o el dios de las riquezas, bien viene entender que la honra al único Dios verdadero es un asunto de tener un solo Señor y no dos, porque la idolatría es postrarse delante de aquello que es creado pero que no tiene el poder de ser el verdadero Dios. Dios es un ser único, Creador de todo y de todos, por lo cual no podemos honrarlo teniendo un corazón idolatra que pone su mirada en otros dioses que no lo parecen, como el dinero, el trabajo, el sexo, la fama, la casa, el carro y tantas otras opciones que hoy tenemos que no parecen ídolos, pero que en la realidad espiritual lo son, porque nos dominan y gobiernan. Lo que nos controla y doblega se vuelve un ídolo que no dejará que honremos a nuestro Dios verdadero con la prioridad que se requiere.
T.A.S.C.D.
JEREMÍAS 40; SALMOS 106
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
JEREMÍAS 40; SALMOS 106
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás