A QUIÉN PERTENECES - NOVIEMBRE 5

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Génesis 1:26, 27. RV60.

La respuesta a la pregunta que encabeza esta reflexión definirá tu adoración, tu honra y tu esencia en tu condición de creyente y de hijo de Dios, porque tiene que ver con tu identidad. Saber quién eres te define y define tu visión y misión. Cuando le preguntamos a una persona no creyente del evangelio de Cristo sobre quién es ella o a quién le pertenece, por lo general su respuesta es agresiva y egoísta. Puede decir cosas como: “yo soy yo”, “me pertenezco a mí mismo”, “soy el dueño de mi vida”, “nadie puede gobernarme más que yo mismo”. Pero la Biblia misma hace una declaración muy contundente que nuestro Creador es Dios, Él mismo nos formó a Su imagen y semejanza, y nos dio aliento de vida al soplar su Ruaj, su soplo, sobre la nariz de Adán nuestro prototipo de ser humano.

Tener claridad sobre a quién pertenecemos es esencial al momento de establecer las prioridades y motivaciones correctas con respecto a la relación que tengamos con nuestro Dios. Nunca podremos adorar u honrarlo con todo lo primero si no sabemos o aceptamos que Él es nuestro dueño, y en su condición de propietario puede hacer con nuestra vida todo lo que quiere conforme a su buena, agradable y perfecta voluntad. Somos hechura Suya, ovejas de Su prado, por lo tanto, si así lo reconocemos tendremos una vida más afirmada en las verdades de la Palabra y no será cualquier vida, sino una abundante, como dice Juan 10:10. Al tener presente el concepto de ser propiedad de Dios sentiremos libertad para adorarlo y honrarlo, dejamos de pensar como dueños de todo lo que creemos poseer para pensar en nuestra condición de mayordomos. Así podemos desprendernos de todo colocándolo en las manos de su verdadero dueño y ser libre totalmente del espíritu de codicia que gobierna al hombre natural. Recuérdese todos los días que Dios es su dueño y usted y yo somos administradores de lo que a Él le pertenece.

T.A.S.C.D.

JEREMÍAS 41; SALMOS 107



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás