LOS TRES ANATEMA FINANCIEROS - NOVIEMBRE 27

Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel. Josué 7:1, RV60.

Esta meditación de la Palabra solo tiene un fin: Santificar tus finanzas. Hay montones de creyentes que son buenos cristianos, aman a Dios, van a la iglesia, viven en santidad moral, cumplen la Palabra, pero sus finanzas son un verdadero desastre. Tienen hipotecas sin pagar, créditos atrasados, pagos de colegios con varios meses sin pagar, con dificultad les alcanza lo que ganan; en fin, un mar de situaciones adversas que muchas veces los hace dudar de la fidelidad de Dios y de su amor por ellos. Hay otros que hemos pasado por allí y descubrimos un principio: Nunca tomar del anatema, o hicimos de las finanzas bíblicas un anatema, tal como en la ley de Moisés Dios las estableció.

Espero que puedas estar entendiendo cada palabra que has leído. Pero el qüid de esto es que los diezmos, las ofrendas, las primicias y los votos debes establecerlos como un anatema para Dios. Consagrarlos para Él. Tengo muchos testimonios que contarte sobre el cambio que ocurrió en mis primeros años de vida cristiana cuando alguien me explicó que hasta que no santificara mis finanzas estaría trabajando con mis propias fuerzas y no con las armas espirituales de Dios, entre ellas, Sus promesas para aquellos que le son fieles en separar como anatema los diezmos, las ofrendas, las primicias y los votos que hagamos.

Sé que estás en todo tu derecho de no creerlo o de considerar que es un absurdo, pero en la Biblia vemos a Dios obrando a favor de aquellos que ponen en Él toda su confianza sin dudar en ninguna parte de Su Palabra y de sus promesas. Él mismo dice referente a los diezmos: “probadme en esto. ” Así que, hasta que no lo lleves a la práctica nunca estarás probando a Dios en tus bendiciones financieras. Al cree todo le es posible.

T.A.S.C.D.

EZEQUIEL 6; SALMOS 129



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás