3 Pasó el tiempo, y un día Caín le presentó a Dios una ofrenda de los frutos que cultivaba. 4 Por su parte Abel escogió las primeras crías más gordas de sus ovejas, y se las llevó a Dios como ofrenda. Génesis 4:3 - 4a TLA.
“Dios tu sabes cuánto te amo” es una frase muy común entre los creyentes y no creyentes. Pero amar a Dios no es de palabras sino de hechos que lo afirmen. Alguien dijo: “Deja que tus hechos sean las palabras más fuertes que las personas puedan oír” (Anónimo). Cuando Caín y Abel se presentaron delante de Dios con sus respectivas ofrendas cada uno llevaba una verdadera motivación por el cual hacer aquel acto. Para Caín, tal vez su motivación era cumplir con una enseñanza que sus padres le habían dado cuando pequeños. Para Abel, quizás era más que una enseñanza, era un motivo de honra a Aquel ser que aunque nunca había visto físicamente, lo había conocido a través de las palabras instructivas de su padre Adán y su madre Eva.
Para Abel no se trataba de cumplir con un mandato aprendido sino reconocer delante de Quién se iba a presentar con su ofrenda, era ese Dios grande que había creado a sus padres y todo cuanto había sobre la tierra. Abel reconoció que se presentaría delante de el Ser más importante de su vida: El Dios Eterno. Para Abel el principio de honra era Dios. Sí esa fue la motivación que tuvo para hacer algo más que presentar una ofrenda. Por eso tomó lo primero de sus crías, las separó, las engordó y luego las presentó como ofrenda que subiera con olor fragante. Él quería agradar a Dios, no solo cumplir con un mandato. Este es el principio de la honra: Reconocer la grandeza de nuestro Dios y Salvador.
T.A.S.C.D.
JEREMÍAS 45; SALMOS 111
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
JEREMÍAS 45; SALMOS 111
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás