Por tanto, el Señor, Dios de Israel, declara: «Ciertamente yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí para siempre»; pero ahora el Señor declara: «Lejos esté esto de mí, porque yo honraré a los que me honran, y los que me menosprecian serán tenidos en poco. 1 Samuel 2:30, LBLA.
La deshonra a Dios se reconoce en la Biblia como pecado, la encuentras al mismo nivel de cualquier otra ofensa que cometamos para con nuestro Padre celestial. Cuando lees la historia de los hijos del Sacerdote Elí, se dice de ellos que eran hombres impíos (v12), al parecer oficiaban como sacerdotes por herencia sacerdotal de su padre quien era de la línea de Aarón, pero eran muy malos y no respetaban ni obedecían a Dios. Hacían cosas terribles con las ofrendas que la gente llevaba al santuario. Su pecado consistió en menospreciar las ofrendas que el pueblo presentaba a Dios y la tomaban para sí de forma arbitraria y sin tener en cuenta la honra a Dios en dicha ofrenda, tal como estaba establecido en la ley de Moisés. Su pecado era muy grande y ofendía a la santidad de Dios.
Elí conocía del pecado de sus hijos (v22) y como ellos hacían pecar al pueblo de Jehová, ignorando la voz de corrección de su padre (vv23 - 25). Dios tiene que intervenir con una dura disciplina para Elí, destituyéndolo del ministerio y declarando muerte sobre toda su extirpe por falta de carácter para corregir como debía ser a sus impíos hijos, que ejercían el sacerdocio sin temor ni honra a Dios. Este pecado llevó a que Dios declarara que de ese momento en adelante toda honra que merecía la casa de Elí le era quitada, porque nuestro Dios honra a quienes le honran, pero a los que lo desprecian los tiene por poco. Nosotros, los creyentes en Cristo, somos sacerdocio santo y en este sentido presentamos a Dios ofrendas de santidad, la pregunta que te hago en este momento es ¿cómo tratas la ofrenda que le presentas al Señor? ¿Con honra o con menosprecio? ¿Cuándo Dios ve tu ofrenda siente el deseo de honrarte o menospreciarte?
T.A.S.C.D.
JEREMÍAS 43; SALMOS 109
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
JEREMÍAS 43; SALMOS 109
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás