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sábado, 23 de octubre de 2021

UN DISCÍPULO PERTENECE Y SE INVOLUCRA - OCTUBRE 23






“Pasaron su tiempo aprendiendo de los apóstoles, y fueron como familia el uno para el otro. Partiendo el pan y orando juntos.” Hechos 2:42.


Dios dijo que no es bueno que el hombre esté solo. Él nos programó para funcionar mejor en el contexto de la comunidad bíblica. Somos la familia de Dios a través de la fe en Jesús, así que no tenemos que correr la carrera solos. El plan eterno de Dios y su programa de los últimos tiempos, antes del regreso de Su Hijo por segunda vez a esta tierra, tiene como agentes o actores de cambio a Su Iglesia, la cual no solo debe compartir las buenas nuevas del Evangelio como lo hablamos ayer, sino también el mostrarse como una comunidad de fe que puede fortalecerse por medio de la unidad del Espíritu.

De manera que, un creyente de pantalones largos como venimos estudiándolo durante este mes, es alguien que se involucra, que pertenece a una comunidad de otros creyentes a lo cual se le llama iglesia local, o comunidad cercana de hombres y mujeres de fe. No nacemos de nuevo en Cristo para andar de cualquier manera. Nacemos para pertenecer para involucrarnos en cada una de las actividades de la iglesia local en la que nacimos de nuevo. Porque el nuevo nacimiento ocurre por la labor evangelizadora de dicha comunidad de fe; pero también por el trabajo que hace el Espíritu Santo al traer convencimiento de pecado, de justicia y de juicio en el corazón del inconverso que está escuchando el mensaje de las buenas nuevas de Cristo.

Al nacer de nuevo una comunidad de creyentes ya discipulados nos acoge, nos discipula, nos nutre espiritualmente, nos ayuda a estudiar la Palabra y conocer las doctrinas del evangelio. En esa comunidad también aprendemos a pulirnos mutuamente por medio de las dificultades y de los problemas que surgen en dicha vida cristiana, pero lo hacemos bajo el principio rector del amor. Nacer de nuevo es el comienzo de una vida con propósito para alcanzar la estatura espiritual plena en Cristo.




T.A.S.C.D.

JEREMÍAS 28; SALMOS 94



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás