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miércoles, 20 de octubre de 2021

UN DISCÍPULO AMA LA PALABRA - OCTUBRE 20






“Entonces Jesús les dijo a los Judíos que habían creído en Él: si se mantienen fieles a Mi Palabra serán realmente mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad os hará libres.” Juan 8:31 - 32. RV60.


La palabra de Dios es verdad, y no solo eso, Ella es la verdad, la única verdad que dirige la vida y el destino de todos Sus hijos. Un discípulo de Cristo decide elevar la Palabra por encima de sus sentimientos, incluso, cuando hacerlo sea difícil. Porque es la manera como actuando según sus instrucciones se libera la unción del Espíritu Santo sobre su vida, llevándole a otra dimensión en su relación con Dios.

En esta marca vemos otro sello distintivo del genuino discípulo de pantalones largos. Para él o ella amar la Palabra es innegociable en su relación con su Dios y Padre. Diría que se encuentra entre los innegociables de la vida cristiana genuina. La Palabra es vida, es la que transforma y renueva nuestra mente. Ella es la esencia misma de Dios por medio de Cristo. El Evangelista Juan dice que la Palabra es Jesucristo, el logo encarnado de Dios. De modo que no podría seguir a Jesús, ser testigo de Él y vivir según su carácter sin que primero no ame Su Palabra.

Mantenerse fieles a la Palabra nos califica como verdaderos seguidores de Cristo. Allí se encuentra la única verdad que necesitamos conocer, es decir, a Cristo. Conocerlo a Él es conocerlo todo. Esa es la razón por la que Jesús les dice a sus seguidores: “conozcan la verdad y serán verdaderamente libres” ¿Libres de qué? De la muerte, del pecado, de las ataduras del enemigo, del temor, de dudas, de incredulidad, del amor al dinero o a las cosas materiales de este mundo, del adulterio, de la idolatría, y de muchas cosas más. Un discípulo le da valor a la Palabra y la mantiene en su mente y corazón.




T.A.S.C.D.

JEREMÍAS 25; SALMOS 91



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás