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lunes, 4 de octubre de 2021

TRABAJA EN LO MÁS IMPORTANTE - OCTUBRE 3






1De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 1 Corintios 3:1 - 3, RV60.


En 2 Corintios 5:17 la Biblia dice: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí, todas son hechas nuevas”. Este es el texto central de lo que se conoce como regeneración o el nuevo nacimiento. El nuevo nacimiento o nacimiento en el espíritu es algo que sucede de forma instantánea, no es un proceso como la santificación del creyente, tampoco sucede poco a poco como el fruto del Espíritu; ocurre en el mismo momento en que el pecador tiene un encuentro con Jesucristo, se ve pecador delante de Él, se arrepiente, confiesa su pecado y decide darle la espalda a su anterior vida para entregarse de alma, cuerpo y espíritu al Señor. Sin embargo, la transformación de su vida y el fruto del Espíritu Santo en la vida de esta nueva criatura espiritual será el resultado de un discipulado. No me refiero a un curso, hago mención a un proceso llevado a cabo por un padre espiritual que ya pasó por el mismo proceso y hace día a día seguimiento a un hijo de Dios que ha nacido recientemente para llevarlo a conocer a fondo a Jesús el Hijo de Dios.

El Apóstol Pablo, hablándole a la iglesia a los Corintios les dice que él tuvo que hablarles como a niños, es decir como a personas en la carne aunque habían nacido de nuevo, porque su conducta seguían siendo como la de no creyentes. Esto es muy común en cualquier iglesia. Las actitudes y el carácter de una persona bebé en el espíritu es de un no convertido, por eso se hace vital darles leche espiritual no adulterada que es la Palabra de Dios hasta que se nutran y crezcan en los asuntos del Reino de Dios. El alimento sólido es para quienes han crecido y madurado, de manera que el trabajo con un recién nacido es alimentarlo con la Escritura hasta que tenga la capacidad de recibir otros asuntos más fuertes. Un niño de pantalones cortos es alguien que todavía no puede asumir retos grandes, esto es muy importante entenderlo para llevar el trabajo de discipulado de un nuevo creyente, sobre el cual edificaremos la vida de Cristo.




T.A.S.C.D.

JEREMÍAS 8; SALMOS 74



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás