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Altar Familiar

martes, 5 de octubre de 2021

TODO COMIENZA EN UN ALTAR - OCTUBRE 5






Por esto, hermanos, tomando en cuenta el amor que Dios nos tiene, les ruego que cada uno de ustedes se entregue como sacrificio vivo y santo; este es el único sacrificio que a él le agrada. Romanos 12:1, NBV.


“Entregarse como sacrificio vivo y santo” es el comienzo de una transformación o metamorfosis espiritual. Nunca comenzaremos a experimentar una vida renovada sin que primero tengamos una vida rendida delante de Dios y ofrecida como un sacrificio vivo y santo. El evangelio de Cristo es un estilo de vida de muerte constante. Muerte al pecado, muerte al orgullo, muerte a los celos, muerte a las contiendas, muerte a la altivez, muerte a mis sueños, muerte a todo lo que le gusta a la carne. El versículo predilecto del creyente maduro es: “Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Y esta vida que ahora tengo la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó por mí.” Gálatas 2:20. NBV. Es a través de la muerte que encontramos la vida eterna, a la cual le apuntamos desde que nacemos de nuevo en el espíritu.

Nunca obedeceré si no muero a mi yo. Nunca creceré sin que primero me entregue como un sacrificio vivo. Nunca podré recibir del fruto del Espíritu Santo sin que primero muera a las obras de la carne, las cuales se describen muy bien como un catálogo en Gálatas 5:19 - 21. No existe un curso o un diplomado que diga: Cinco pasos para alcanzar madurez espiritual. No existe. La madurez espiritual no se logra congregándose, aunque no se debe dejar de hacer; ella es el resultado de un caminar con otros hermanos en la fe, de ser confrontado, de humillarse a mí mismo y de seguir el ejemplo de Cristo que Pablo describe en Filipenses 2:1 - 9. Las piedras lisas de un río llegaron a adquirir esa lisura después de tantos roses con otras piedras ásperas como lo eran las que ahora son lisas. Eso es madurez espiritual.




T.A.S.C.D.

JEREMÍAS 10; SALMOS 76



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás