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miércoles, 6 de octubre de 2021

LA RENOVACIÓN DE LA MENTE - OCTUBRE 6






No se amolden a la conducta de este mundo; al contrario, sean personas diferentes en cuanto a su conducta y forma de pensar. Así aprenderán lo que Dios quiere, lo que es bueno, agradable y perfecto. Ro. 12:2, NBV.


El cambio de la manera de pensar de un creyente es lo que le identifica con el nuevo rol que juega en este mundo caído y perverso, el cual está en clara oposición con el Reino de Dios. En la condición de hombre o mujer espiritual por medio del nuevo nacimiento el primer proceso al que nos llevará el Espíritu Santo es a transformar nuestro sistema de pensamientos. Este es un intenso trabajo del Espíritu en la medida que nos sometemos y nos exponemos a diario a la Palabra de Dios. Es por medio de la Palabra que somos transformados a la imagen de Jesús. Al nacer de nuevo nos es colocado un corazón nuevo y el Espíritu de Dios comienza a vivir en el hombre interior que hay en nosotros. Sin que eso no ocurra es imposible que haya renovación de nuestro sistema de pensamiento. Cristo se aseguró de que al nacer de nuevo fuese cambiado el corazón y el Espíritu de Dios comience a morar dentro de nuestro espíritu, así podemos hacer Su voluntad.

Hemos escuchado de forma reiterada que los creyentes necesitamos ser contracultura. Y eso es verdad, pero no podemos ser contracultura a lo que este mundo promueve y propone hasta que seamos creyentes de mentes renovadas por el agua del Espíritu que es la Palabra. Nacemos de la Palabra, vivimos por la Palabra y somos transformados por la Palabra. Sin conexión con la Palabra de Dios nada va a pasar, y nuestro sistema de pensamiento viejo seguirá vigente, aunque quizás podamos ser salvos. A ese estilo de vida el Apóstol Pablo lo llama un creyente carnal. De manera que, si queremos alcanzar la Estatura de Cristo comencemos por mantenernos fiel a Su Palabra, oírla y obedecerla por amor a Dios. Eso es madurez espiritual continua.




T.A.S.C.D.

JEREMÍAS 11; SALMOS 77



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás