Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. Juan 15:4, NVI.
Dar fruto, llevar mucho fruto, y multiplicar dichos frutos es el resultado de un encuentro diario, permanente y perseverante de la Iglesia del Señor. Juan 15 hace parte de lo que se conoce como el Ministerio privado de Jesús con sus doce donde los está instruyendo acerca de una verdad contundente: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador”. Es una hermosa alegoría sobre la famosa viña del Señor que es Israel, pero que ahora, Jesús se la atribuye como si él siendo la verdadera viña del Señor. No es Israel la vid verdadera, es Jesús el Hijo de Dios. El Padre sigue siendo el mismo Dios, quien también sigue en su oficio de labrador, y como tal, sabe cómo hacer que su viña dé fruto, y es nada más y nada menos que cortando las ramas secas y echándolas al fuego para ser quemadas totalmente. Solamente permanecen en la vid las ramas que no están secas, ellas son podadas para que venga el renuevo y así en su debido proceso y tiempo se convierten en nuevos sarmientos que dan fruto abundante.
La enseñanza con esta alegoría es que sus discípulos, los doce y ahora nosotros, estamos injertados a esa vid verdadera que es Cristo, y como tal Su sabia nutre nuestra vida dándonos vida para que seamos creyentes que demos el fruto que está determinado que daremos para Su Reino. Estamos llamados a dar fruto, pero nunca daremos frutos si no estamos en una conexión con el dador de ese fruto. Permanecer es el resultado de ser una iglesia con madurez espiritual y si permanecemos, entonces daremos el fruto que Cristo espera de Si iglesia.
T.A.S.C.D.
JEREMÍAS 19; SALMOS 85
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
JEREMÍAS 19; SALMOS 85
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás