No dejen de amarse unos a otros con amor de hermanos. Hebreos 13:1. NBV.
El principio rector del cristianismo es el amor; de hecho, el Apóstol Juan dice que quien ama conoce a Dios y es conocido por Dios. El Señor le dijo a sus discípulos: “ustedes serán verdaderamente mis discípulos si se aman los unos a los otros”. Además, el mismo Señor dio un mandamiento nuevo a sus seguidores, Él dijo: “Y mi mandamiento es este: que se amen unos a otros como yo los amo.” El amor entre los creyentes maduros, de pantalones largos, no es opcional es demandado por el mismo Maestro. Es más, el Señor antes de demandarle amor entre sus discípulos les dice la clase de amor que se practican entre Él como Hijo y Su Padre. »Así como el Padre me ama a mí, así también yo los amo a ustedes. No se aparten de mi amor. “Si obedecen mis mandamientos, no se apartarán de mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y su amor no se aparta de mí.” El Señor reconocía que entre Su Padre y Él lo que primaba era el amor mutuo. El Padre ama al Hijo, y el Hijo ama al Padre, de la misma manera el Señor ama a sus discípulos y espera que ellos lo amen a Él y se amen entre ellos.
Si quieres saber cuánto has crecido o cuán maduro eres, todo lo que necesitas revisar internamente en tu espíritu es cuánto amas tu hermano en la fe. En el Nuevo Testamento vemos a la primera comunidad de creyentes unánimes juntos amándose, sirviéndose el uno al otro. La comunión de los santos no se trata de comidas o festines, se trata del amor de los unos con los otros. Ese es el mismo principio rector para la iglesia de hoy y de todos los tiempos. La invitación de Cristo es vivir este principio rector en nuestras vidas.
T.A.S.C.D.
JEREMÍAS 14; SALMOS 80
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
JEREMÍAS 14; SALMOS 80
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás