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domingo, 5 de septiembre de 2021

UNA PODEROSA RAZÓN - SEPTIEMBRE 5






23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es su Salvador. Juan 1:1. RV60.


El contexto que precede a la demanda del sometimiento muto entre el hombre y la mujer, lo encontramos en Efesios 4:17 - 32. Allí el Apóstol Pablo describe cómo es que se manifiesta una vida verdaderamente cristo-céntrica. Observe cómo comienza esta perícopa de Pablo: “17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón. Tal como lo describe el texto vive el mundo, ajenos de la vida Dios. Pero Él nos pide un matrimonio que viva bajo su modelo, aunque al principio parezca un estilo de vida difícil de seguir.

El sometimiento de la mujer, como la del hombre, (y ya hablaremos de ellos), tiene un solo propósito honrar el nombre de Jesús delante de las personas mundanas. Es reconocerlo como la cabeza de cada creyente. Mujer, si tu matrimonio fue establecido con base cristiana estás reconociendo que estás sometido a la cabeza de la iglesia que es Cristo. No puedes tener un vínculo conyugal cristiano y vivir distante de los principios y valores del Reino de Dios. Puede que el mundo tenga su propio concepto de cómo es un matrimonio, pero el fundamento nuestro es y sigue siendo lo que dice la Palabra. Si tú mujer eres cristiana y tu esposo también lo es, la demanda del sometimiento es la forma como comienzas a honrar a tu esposo y le das lugar delante de los demás. Esto no indica que tu esposo siempre tiene la razón, o que se convierte en tu verdugo, de eso no se trata. De lo que trata esta demanda es de honrar el nombre de Cristo al reconocer que el esposo es un símbolo espiritual dela cabeza de nuestro Salvador. Difícil de entender o practicar, pero es lo que Dios te pide que vivas, y poco a poco comenzarás a ver la respuesta a tu obediencia. Es un asunto de fe.




T.A.S.C.D.

ISAÍAS 46; SALMOS 46



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás