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miércoles, 29 de septiembre de 2021

RECONCILIARSE ES LA CLAVE - SEPTIEMBRE 29






Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Mateo 6:12. RV60.


La clave de una vida cristiana saludable y que honre el nombre de Dios es vivir en el perdón. Perdonar no es una opción dentro del Reino de los cielos, es una demanda divina. Perdonar no es un acto para sentirnos bien, sino uno de amor y reconciliación para ponernos a cuenta con Dios y con el prójimo, reconociendo que su obra perfecta en la cruz fue el instrumento para ponernos a paz con Él. Perdonar tampoco es un antídoto para olvidar el daño que me hicieron, pero si es liberar a quien me ha hecho daño con el fin de comenzar a vivir con la libertad que Cristo me otorgó cuando dijo en la cruz: “consumado es”. De manera que el perdón en el ingrediente del cielo en la tierra para practicar en nuestras relaciones interpersonales el ministerio de la reconciliación. Cuando perdonamos nos parecemos más a Dios y a Su Hijo. Cuando perdonamos valoramos el sacrificio de Cristo por cada uno de nosotros y reconocemos que nuestro pecado no era menor que el de aquella persona a la cual estamos otorgándole nuestro perdón. Quien perdona conoce el verdadero amor el de Dios.

El matrimonio cristiano debe sostenerse en la regla de oro y el perdón continúo; como Jesús le dijo a Pedro, hasta setenta veces siete. La reconciliación es el ministerio de todos los hijos de Dios, a eso hemos sido llamados. De modo que cuando perdonamos el Padre se siente feliz de ver que sus hijos saben reconciliar al pecador con él por medio de esta herramienta de la gracia de Dios. Nuestros matrimonios deben tener el fundamento del perdón cuando uno de los dos falla en la relación. La Biblia dice que cuando alguien peca, su hermano, sea la esposa o el esposo, debe ir a restaurarlo como si el que falló fuese él mismo; y debe hacerlo con espíritu de mansedumbre. Esta es la clave de la vida conyugal. Gálatas 6:1 - 2. Algunas veces, quien falle será la mujer y otras, quien falle será el hombre. Recordando que el amor cubre multitud de faltas. Es sano que un matrimonio se sostenga en el perdón continúo, de eso depende la vida conyugal y la salubridad del mismo a largo plazo.




T.A.S.C.D.

JEREMÍAS 4; SALMOS 70



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás