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martes, 31 de agosto de 2021

¡GRACIAS ESPÍRITU SANTO! - AGOSTO 31






Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: <>, ha dicho Jehová de los ejércitos. Zacarías 4:6. RV60.


Como dice el Salmista, “solo pueden confiar en Jehová los que conocen Su nombre”. Así es, quien más lo va conociendo, más se va afirmando en su fe y confiará profundamente en ese ser supremo trascendente, pero al mismo tiempo inmanente, a quien la Biblia le llama por el nombre de “YHWH”,Elohim, el Gran Yo Soy, Adonai y tantos nombres más.

La gran confianza que nos une es que el Dios que hizo el universo, los cielos, la tierra y todo cuanto existe es alguien cercano a nosotros, nunca lejano. Ese Dios en el cumplimiento del tiempo vino a este mundo en forma de hombre, humillándose a Sí mismo, tomando forma de siervo, como lo dice Filipenses 2:5 - 6, y su nombre terrenal es Jesús el Hijo de Dios, pues fue el nombre que sería sobre todo nombre y en el cual toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Él es el Señor, Dios nuestro. Filipenses 2:7 - 9. Sin embargo, Él no podía quedarse para siempre en forma humana porque su misión terminaría con su muerte y posterior resurrección como estaba profetizado en el Antiguo Testamento. Su promesa fue: “No os dejaré huérfano, enviaré a ustedes al Otro Consolador, al Espíritu de Verdad, quien los llevará a toda verdad y a todo conocimiento. Esa fue la respuesta del cielo para que Dios siguiera entre nosotros y con nosotros. Teológicamente podemos estudiar quien es Dios y cada significado de Su nombre, pero eso no cambiaría nuestra existencia. Lo único que hace que del conocimiento pasemos a la experiencia espiritual es la presencia del Espíritu Santo, quien es la tercer persona de la Deidad, que vino a quedarse hasta el regreso de Cristo, para entregarle al Cordero inmolado a Su esposa para vivir con ella hasta el cumplimiento de los tiempos finales. Sin la presencia del Espíritu Santo seríamos simples religiosos, pero con su presencia somos hombres y mujeres llenos del mismo poder de Dios que obró en la vida terrenal del Cristo. Esto es lo que hace que nuestro cristianismo sea deseado por quien experimenta la verdad que hace libre al pecador.




T.A.S.C.D.

ISAÍAS 41; SALMOS 41



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás