Procurad, pues, los dones mejores. 1 Corintios 12:31, RV60.
¿Será que puedo pedir en oración que el Espíritu Santo me use con algún Don específico en todo momento u oportunidad? Según el discurso que viene trayendo el Apóstol Pablo los Dones del Espíritu son repartidos por el mismo Espíritu como Él quiere y en el momento que Él lo considere oportuno y necesario. Recordemos que los Dones, aunque son habilidades espirituales para mostrar el poder de Cristo por medio de Su cuerpo, la iglesia. Sin embargo, en Juan 14:12 el mismo Señor le dice a Sus discípulos: “De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.” ¿Cómo podría ser esto? Más adelante, lo dice: “Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.” La promesa de Cristo es que Su iglesia está llamada a hacer cosas mayores como Él las hizo porque Él va al Padre, pero su Espíritu regresará en la persona del Espíritu Santo quien habitará dentro de cada creyente y será instrumento de Cristo en las manos del Espíritu Santo, el cual proveerá habilidades a ese cuerpo de Cristo para que el poder que necesita para hacer cosas mayores lo tengan por medio de los Dones que Él reparte.
No creo que haya acepción de personas al momento de repartir los Dones del Espíritu, lo que creo que es que la tercera persona de la Deidad da más a aquel que desea tener más de Dios y que sea usado para darle gloria y honra al Cristo vivo. Esto es lo que considero quiere decir el Apóstol Pablo cuando dice que procuremos los dones mejores, pero no hay ningún don que sea peor o de menos en consideración. Todos los dones son pertinentes y son usados según la necesidad que tiene de crecer y ser edificado ese Cuerpo del Señor. Así que usa con júbilo el Don con el cual el Espíritu Santo te está usando para instrumento de la gloria del Señor.
T.A.S.C.D.
Isaías 8/Salmos 8
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Isaías 8/Salmos 8
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás