Devocionales

Prédicas

Altar Familiar

lunes, 12 de julio de 2021

ES POR ÉL QUE CONFESAMOS A JESÚS - JULIO 12






“Por eso les advierto [Dice Pablo] que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: <> sino por el Espíritu Santo.” 1 Corintios 12:3, NVI.


Ahora el Apóstol a los gentiles llega a una declaración profunda y con sentido de Reino. Quien tiene la vida del Espíritu de Dios dentro de sí, jamás de los jamases podrá renunciar a Jesús, ni maldecirlo o denigrar Su nombre. Era muy común que en la comunidad naciente de creyente del primer siglo se les obligara a renunciar del cristianismo y la manera que lo hacían esos creyentes cuando eran obligados o presionados por sus perseguidores a causa de castigos severos era maldiciendo el nombre de Cristo de manera pública. Eso era un acto de apostasía y de paso les salvaba la vida de la muerte cruenta que se usaba en aquella época. Ahora bien, la contraparte de esta declaración de Pablo consiste en que quien verdaderamente tiene al Espíritu Santo de Dios puede decir a boca llena que Jesús es Su Kyrios, Su Señor.

Qué está enseñando a la iglesia de Corintio el Apóstol. Básicamente que el pegamento que une los ladrillos espirituales de un convertido es la presencia del Espíritu Santo en su vida. Quien tiene a Cristo tiene vida eterna, pero si no tiene al Espíritu de Dios o ha olvidado este factor espiritual diferencial, su fe es muy endeble y termina renunciando de Aquel en quien puso su confianza, en los momentos que aparecen las pruebas o adversidades. Sin Cristo nos somos salvos, pero sin el Espíritu Santo nuestra salvación tambalea cuando la presión exterior se intensifique. Pídele al Espíritu Santo que te guíe y fortalezca en todos los momentos de tu caminar con Jesús.




T.A.S.C.D.

Amos 4 - 6



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás