Pero, si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor». Josué 24:15, NVI.
“Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor”. Esta fue una declaración contundente, muy seria y comprometedora. La hizo Josué, el segundo espía que no se rindió ni se quejó delante de la congregación de Israel que escuchó el informe de los otros diez espías que vieron gigantes y no confiaron en Jehová su Dios. Una mente renovada sabe a qué Dios servir. Lo tiene claro. No hay asomo de duda. No está jugando al escondido con Dios y con “otros dioses”. Porque una mente transformada levanta una cultura de reino en su casa, en su trabajo o empresa, en la iglesia, en sus diversiones o descanso. Y eso fue lo que Josué hizo durante toda su vida, él se dedicó a renovar constantemente sus pensamientos mundanos para transformarlos en “cultura de reino”.
Cuando la mente de un creyente no ha sido trabajada en la renovación, no tiene consciencia de la cultura de reino. Es como un tamo que es llevado de un lado a otro. Sus pensamientos están polarizados por la cultura del mundo, aunque le agrada todo lo que ofrece la cultura de Dios. Pero nunca define hacía dónde dirigir sus pensamientos para servir al verdadero y único Dios. Josué fue firme y declaró que su intención era servir únicamente al Dios de sus antepasados. No había intención de modificar este compromiso, y es lo mismo que nos debe suceder a quienes hemos rendido nuestra vida a Cristo y nos decidimos por generar desde nuestro hogar una cultura de reino; entonces, mantendremos firmeza en nuestra mente renovada y transformada.
T.A.S.C.D.
Zacarías 13 - 14
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Zacarías 13 - 14
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás