»Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con buena disposición, pues el Señor escudriña todo corazón y discierne todo pensamiento. Si lo buscas, te permitirá que lo encuentres; si lo abandonas, te rechazará para siempre. 1 Crónicas 28:9, NVI.
De sobra conocemos el corazón adorador del rey David, le llamaban el dulce cantor de Israel por su cantidad de Salterios que compuso para Dios, que luego los convertía en cántico de exaltación para Su Rey y Señor. Uno de los mayores anhelos de este gobernante fue construir una casa para su Dios, y aunque tenía una intención muy buena, por su condición de guerrero y por la cantidad de sangre que derramó en sus batallas, Dios no le permitió construir el tan anhelado templo.
La vida de David tuvo altos y bajos, tuvo muchos aciertos, pero también muchos fracasos; sin embargo, hay que resaltar que amaba a Dios, temía a Su nombre, lo buscaba de corazón y se dejaba exhortar y disciplinar costara lo que costara. Nunca menospreció la disciplina de Dios ni el castigo que ameritaba una falta suya. Esto caracteriza a un adorador. Un verdadero adorador se expone a ser revisado en su corazón y permite que Dios lo examine hasta lo más íntimo de sus pensamientos, porque su amor por Dios es mayor a pesar de su pecado. Por eso, la recomendación para Salomón su hijo fue: “Sírvele al Señor de todo corazón y con buena disposición, porque el Señor examina todo corazón y si lo buscas, Él se dejará encontrar; pero si lo rechazas, se esconderá de ti”. David amaba la intimidad con Su Dios, conocía el poder de este tiempo con Él. Ese es el corazón de un verdadero adorador, su mente está tan renovada que lo único que se propone es adorar y adorar sin descansar, y hacerlo en intimidad, pero con un corazón limpio delante de Dios. Qué gran ejemplo a imitar ¿Quieres imitarlo desde hoy?
T.A.S.C.D.
Zacarías 11 - 12
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Zacarías 11 - 12
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás