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jueves, 3 de junio de 2021

ARREPENTIMIENTO - JUNIO 3






Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Mateo 22:37. RV60.


Aunque estas palabras resumen lo que los judío, especialmente los fariseos y escribas, ya conocían como los diez mandamientos, ellos no tenían una mente renovada, vivían bajo hipocresía y le hacían creer a la gente que dirigían espiritualmente que tenían la forma correcta de acercarse a Dios y de vivir en comunión con Él, cuando en realidad eran verdaderos sepulcros blanqueados. Así es la vida de muchos creyentes que creen estar cerca de Dios por cumplir ciertos requisitos morales cuando en realidad no están experimentando el amor de Dios que salva, sana y otorga una mente transformada.

Jesús estableció el arrepentimiento como la base para entrar en una relación transformadora con Su Padre. Este concepto era muy claro para aquellos religiosos de su época. Conocían muy bien la palabra griega “metanoía”, la cual significaba una manera diferente de pensar acerca de algo, en este caso, acerca de Dios. La vida cristiana no comienza con una oración de fe, comienza con una “metanoía”, comienza con una mente dispuesta a girar 180 grados, dispuesta a abandonar toda forma de pecado, de religiosidad o de contaminación auditiva, visual o de corazón, para buscar acercamiento con el Dios Eterno y Creador. Amar a Dios no es un asunto sentimental sino de decisiones radicales. Amarlo comienza aceptando que puedo obedecerlo, puedo seguirlo y puedo obligar a mi sistema de pensamiento que reciba todo lo que la Palabra de Dios ofrece para ser transformados. Juan 14:15. Amo a Dios porque Él me amó primero, eso es muy importante hacérselo saber a nuestra mente.




T.A.S.C.D.

Esdras 5-6



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás