Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre. Hebreos 10:10, NVI.
Las Escrituras dejan en claro que la santificación es vital para el desarrollo de la vida de un cristiano, y no cabe duda que Dios anhela que nosotros tomemos parte de ella, así como leemos en 2a Tesalonicenses "… Hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo." Por esta razón deberíamos tomar parte en la santificación, basados también en las serias palabras de Hebreos 12:14, "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”.
Santificación es otro término de santidad (ser santo), pero, no nos volvemos santos de la noche a la mañana. De hecho, algo drástico tiene que sucedernos para cambiar lo que somos por naturaleza, a lo que se le llama ser santo, así como Él es santo (1 Pedro 1:15-16). Es necesario una transformación radical, la cual es un proceso continuo y de toda la vida. Entonces, lo que el autor de Hebreos quiere dejar muy claro en su exposición sobre la superioridad de Cristo, es que su Obra Perfecta tiene la capacidad y autoridad para ponernos delante de Dios como personas justas, por causa de su sacrificio. Y al declararnos justos delante de Dios, somos santos, porque sin santidad nadie ve a Dios. De manera que, tú y yo no somos santos por lo que seamos sino por la fe que ponemos en ese sacrificio perfecto de Cristo en la cruz por medio del cual nos justifica ante el Padre. Eso es gracia de Dios en acción.
T.A.S.C.D.
2 Crónicas 24, Job 8:1 - 22
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
2 Crónicas 24, Job 8:1 - 22
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Hebreos 10:39, NVI.
En el libro de Habacuc se registra la frase más contundente y confiable que podemos tener de nuestro Padre celestial nosotros los creyente: “más el justo por su fe vivirá”. Hay dos palabras claves para entender este versículo. La primera es, “justo” y, la otra, “fe”. La vida cristiana es de total y plena certeza de fe. Fe en Dios, en Su Palabra, en sus hechos de poder, en sus milagros y en la provisión que hizo desde antes de la fundación del mundo para la salvación del perdido que se acercara a Cristo Su Unigénito Hijo para recibir salvación, sanidad, liberación y la bendita esperanza de una resurrección de los muertos para venir a gobernar con el Salvador cuando regrese nuevamente, no como siervo sino como Rey de reyes y Señor de señores, como dice el libro de Apocalipsis.
¿Cree que alguien podría regresarse a su mundo de esclavitud y pecado después de haber degustado la salvación por medio de Jesús? Bueno, el escritor de la carta a los Hebreos se vio en la necesidad de escribir este documento para aquellos judíos cristianos que estaban devolviéndose para su anterior religión de muerte, como era la ley de Moisés. Y aunque no lo creamos, en la actualidad hay muchas personas que renuncian de su fe en Jesús y terminan en religiones inventadas por el hombre o en el mismo judaísmo en que cayeron aquel grupo de creyentes destinatarios de aquella Epístola. Por eso es vital hablar en este mes de una fe para no retroceder, porque hoy las presiones del mundo y de las tinieblas se hacen más evidentes en medio del pueblo de Dios, a fin de hacerlos retroceder de su Dios y Salvador. Prepara tu corazón para recibir una palabra de fortaleza que eleve tu fe para no retroceder.
T.A.S.C.D.
2 Crónicas 13, Cantares 1:1 - 2:7
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
2 Crónicas 13, Cantares 1:1 - 2:7
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás