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Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando. Hebreos 10:14, NVI.
Recordemos que el gran fracaso de la ley y del sacerdocio consistió en que los sacrificios de animales quemados y la sangre presentada en el lugar santísimo no podía hacer perfectos a quienes presentaban sus ofrendas, porque ellos mismos eran pecadores y por lo tanto, debían presentar sacrificio y ofrenda de sangre por su propio pecado para ser perdonados. Este hecho de lo imperfecto del Sumo Sacerdote terrenal hacía imperfecta aquella ceremonia de purificación y el perdón definitivo del pecador. Año tras año debía repetirse aquel rito sagrado en el día del Yom Kippur, el día del perdón nacional. En una frase más sencilla de entender, ellos compraban su salvación a crédito.
Pero al llegar Cristo, el Hijo de Dios, al ponerse en una cruz (el altar de bronce descrito en el Tabernáculo de Moisés) como el Cordero perfecto y el Sumo Sacerdote perfecto, por la única razón de ser sin mancha, sin arruga, sin pecado alguno y obediente plenamente a la voluntad de Dios, todos los rito de purificación de la ley quedaban abolidos y este único e irrepetible sacrificio presentado en su propio cuerpo por el Hijo de Dios hace puro y santo a todo aquel que por fe confía que en Jesús se obtiene esa vida eterna en el cielo que el mundo tanto anhela. Poner nuestra confianza (fe) en Jesucristo y recibirlo como el Salvador y Señor, nuestra vida es cambiada radicalmente. Por eso, Pablo el Apóstol dice: “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas”. 2 Co. 5:17.Cristo es la obra perfecta que el Padre aprobó para hacernos santos delante del Padre y del mundo.
T.A.S.C.D.
2 Crónicas 25, Job 9:1 - 10:22
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
2 Crónicas 25, Job 9:1 - 10:22
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
