“Porque por ella [la fe] alcanzaron buen testimonio los antiguos”. Hebreos 11:2. RV 60.
Nadie puede creerle a Dios si no está totalmente seguro de su existencia y sin mantener una relación estrecha con el Eterno. La comunión con Él da como resultado el conocimiento de Su nombre y Su poder, pero previamente debe haber una certeza de que el Dios de la Biblia es el Dios en quien verdaderamente creo.
Los antiguos que se mencionan en este versículo eran los santos del Antiguo Testamento, muchos de sus nombres quedaron registrados en Hebreos 11, pero otros no. Ellos obtuvieron buen testimonio, no a causa de sus logros, santidad personal, o pasiva aceptación de las promesas divinas, sino por una activa certidumbre de quién es Dios y de Su plan eterno de salvación que se expresó en obediencia, perseverancia y sacrificio. Al finalizar el capítulo leemos los siguiente: “Estos hombres, de los que el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y aunque por medio de la fe todos ellos fueron reconocidos y aprobados, no recibieron lo prometido. Todo esto sucedió para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros, pues Dios había preparado algo mejor para nosotros” (vv 38 - 40). Nadie les predicó de Cristo, pero en su fe creyeron en un Salvador, y Cristo en su resurrección descendió a las profundidades de la tierra para subir al cielo con todos los fieles del Antiguo Testamento que pusieron su confianza en Él y que no pudieron verlo en su tiempo. Eso es motivo de confianza para los fieles de hoy, porque podemos ver que sus promesas se cumplirán, aunque no las veamos en este tiempo.
T.A.S.C.D.
2 Crónicas 32, Job 20
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
2 Crónicas 32, Job 20
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás