11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Hebreos 9:11 - 12. RV60.
Una de las debilidades e imperfecciones que tenía las ceremonias culticas del sacerdocio aarónico consistía en que la sangre que ofrecían de machos cabríos, o de ovejas o de vacas o becerros no podía verdaderamente limpiar al pecador de conciencia muerta, es decir, de su pecado.
Agreguémosle otra imperfección, este era un rito sacrificial que debía hacerse año tras año, sin obtener el resultado del principio por el cual Dios lo había establecido en la ley, que lograra mantener al pecador en comunión con Él por medio de la reconciliación, que no debía ser temporal sino eterna. Sin embargo, las ofrendas y la sangre presentada por los mediadores terrenales no lograron nunca que el pecador se sintiera reconciliado y en comunión con su Dios. Esta era una verdadera debilidad de los sacrificios de animales. So pena de decir, que aun los mismos sacerdotes que ofrecían sacrificio de sangre, debían ofrecer por sus propios pecados, antes de entrar al lugar santísimo. Pero dice el autor de Hebreos que el sacrificio que Cristo presentó al Padre fue uno y perfecto porque consistió en poner su propia vida para obtener la redención definitiva del pecador, por causa de su vida santa y libre de obras muertas. Esto debe ser causa de alegría para nosotros en estos días, pero al mismo tiempo debe hacernos rendir delante de Su presencia para decir: gracias Señor por darme esta salvación tan grande.
T.A.S.C.D.
Eclesiastés 2; 2 Crónicas 4
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Eclesiastés 2; 2 Crónicas 4
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás