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viernes, 23 de abril de 2021

SU OFRENDA FUE ÚNICA Y PERFECTA - ABRIL 23






11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Hebreos 9:11 - 12. RV60.


Observe esta declaración del escritor de Hebreos: “ 11 ...por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre…” ¿Qué dice? Que la sangre derramada en la cruz por el Hijo de Dios en su condición de hombre, no de Dios construyó un Tabernáculo diferente, porque no está en la tierra sino en el cielo. Jesús no entró ni presentó ofrenda en el lugar santísimo del templo de Jerusalén, porque Él fue colgado y sacrificado sobre un madero y en un lugar público. La razón profética de este sacrificio es que Él estrenaría su propio Tabernáculo, cuya construcción no era con manos humanas sino su propia sangre, santa y libre de cualquier pecado.

Cristo entró a su propio Tabernáculo, entre otras, construido con un material único, su sangre; y ninguno más entraría en aquel lugar, porque el Tabernáculo que Moisés levantó en el desierto era solo un modelo del verdadero, la propia vida de nuestro Señor y Redentor. Él es el verdadero templo de Dios. El resultado de presentar Su sangre como elemento para el nuevo y verdadero tabernáculo celestial fue la redención de todo aquel que se acerque a Él confiadamente para declararlo como Su Señor y Salvador. Ninguna ofrenda de animal presentada en el lugar santísimo había logrado poner en comunión al hombre pecador y arrepentido con su Dios, solo la ofrenda y vida de Cristo lo logró. Ese es un triunfo de nuestro Redentor y Sumo Sacerdote ¡¡¡Aleluyaaaa!!!!




T.A.S.C.D.

Eclesiastés 4; 2 Crónicas 6



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás