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viernes, 19 de marzo de 2021

SEGUNDA ADVERTENCIA - MARZO 19






7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: si oyereis hoy su voz, 8 No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, 9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, y vieron mis obras cuarenta años. Hebreos 3:7 - 9, RV60.


Parece muy ilógico o fuera de sentido la advertencia que hace el escritor de esta carta. Él viene desarrollando el tema de la superioridad de Cristo ante los profetas, ante el sumo sacerdote y ante Moisés; entonces, espera que la voz de Jesús sea escuchada por la audiencia natural a la cual le escribe esta epístola. Nadie sería loco de apartarse del autor de la vida y salvación, y menos si su ministerio es superior como lo ha descrito en poco a poco en el desarrollo del tema central de este misiva. Pero resulta que sí. Sus oyentes son cristianos a punto de apostatar de su fe, negando a Jesús y regresándose a su antigua profesión de fe en el judaísmo.

“Oír la voz de Dios” por medio de Jesús su Hijo es el comienzo de vivir en Su reposo ¿Cuál reposo? La tierra prometida para el pueblo que salió de Egipto. Pero resulta que aunque “oyeron la voz de Dios” en el desierto endurecieron sus corazones, se llenaron de incredulidad y el temor y la amargura los embargaron en sus emociones y renegaron de ir a conquistar la tierra de la promesa que habían ido a reconocer. Tres veces se cita esta frase del Salmo 95:7 en los capítulos 3 y 4 de Hebreos. El llamado es a no endurecer los corazones cuando se oye la voz de Dios. El desoír a Dios y endurecer el corazón fue el gran pecado de Israel, lo cual trajo consigo incredulidad y desobediencia. El apóstol agrega: «Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo…que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado» (Hebreos 3:12-13). Nuestra tierra prometida plena es Cristo, Él es el verdadero reposo que necesitamos, pero si endurecemos nuestro corazón nos llenamos de incredulidad y terminamos apartados del autor de la vida verdadera como estaba ocurriendo en los tiempos del autor a los Hebreos. Dios mío ayúdanos para no pecar de la misma manera.




T.A.S.C.D.
Marzo 19
2 Reyes 25



Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás