TERCERA ADVERTENCIA - MARZO 20

1Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. 2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Hebreos 4:1 - 2 . RV60

“Temamos”. El reposo que ofrece Cristo es superior al que pudo entregarles Josué cuando llegaron y conquistaron la tierra prometida. Aquella generación entró a un lugar físico, pero no entraron a un reposo espiritual porque la desobediencia fue la que los gobernó durante su trayecto desde Egipto hasta Canaán. Y la desobediencia no es otra cosa que INCREDULIDAD. Recordemos que el Apóstol Pablo ratifica en Romanos 10:17 que la fe viene por el oír y el oír por la Palabra.

Aquellos israelitas escucharon la buena nueva, “entren y tomen posesión de la tierra que Yo Jehová Su Dios les entrego”; pero la cláusula vital que no escucharon o dejaron de escuchar fue que debían acabar con todo vestigio de personas, de animales, de ídolos de aquella tierra prometida, que era su reposo. Israel no obedeció la instrucción de aniquilar todo lo que encontrarían a su paso mientras estuvieran conquistando la tierra de su Reposo. Hoy, nosotros, los que leemos esta carta y esta instrucción, no podemos ignorar la obediencia a Cristo por medio de la fe para entrar en Su reposo, entrar en Él y así descansar de una vez y para siempre de nuestras viejas obras (pecados). Y volvemos a oír la advertencia: “si oyes hoy su voz no endurezcas tu corazón” y entra en el reposo que es el Hijo de Dios, tu verdadera tierra prometida. Dios reposó de sus obras y nosotros debemos reposar de las nuestras. “Echad sobre Mí todas tus cargas” es la invitación del Señor.

T.A.S.C.D.
Marzo 20
Proverbios 1; 1 Crónicas 1


Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:

¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?

¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?

¿Qué pecado te muestra que debes confesar?

¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?

¿Qué mandato o precepto debes obedecer?

¿Qué promesa debes reclamar y por qué?

¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?

¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?

¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?

Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás