Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia Hebreos 5:7, 8, RV60.
Sintonicémonos con el tema del capítulo 5 al 7 y está relacionado con la superioridad de Cristo al sacerdocio de Aarón y, de manera especial, al sacerdocio levítico. Pero hagámonos una pregunta ¿el Hijo de Dios debería ser sacerdote? ¿En algún momento de su ministerio terrenal Él habló a sus discípulos sobre un sacerdocio terrenal? Si nos detenemos en la declaración del autor de la carta a los Hebreos en cuanto al sacerdocio de Cristo, dice que es del orden de Melquisedec, es decir, es un sacerdocio eterno, pero al mismo tiempo es un sacerdocio que se sale de los estándares religiosos de cualquier época.
Otro aspecto que debemos tener en cuenta es la Homeostasis de Cristo. En Él habita la plenitud de Dios, pero al mismo tiempo la plenitud del ser humano. En la persona de Cristo Él es 100% Dios y 100% hombre. Pero cuando el escritor de esta carta nos muestra la debilidad humana de Cristo. En Él había temor de no cumplir con el plan de Dios. Su final sería la cruz, pero humanamente en Getsemaní Él clamó al que lo podía librar de la muerte, de ¿qué muerte? No la de la cruz, sino la muerte espiritual. Él no podía perder la perspectiva de la razón por la cual fue enviado por el Padre. Él no podía fallarle al Padre como el primer Adán lo hizo. Hay otra razón que ignoramos en el clamor de Jesús, Él sería separado en su espíritu del Padre para poder pagar el precio por el pecado de la humanidad. Jesús lloró porque reconocía el poder de la muerte al separarlo del Padre en la cruz del calvario. Pero la buena noticia es que Él fue escuchado por el Padre y aunque vivió el dolor de la separación el Padre permitió que Su plan perfecto se llevara a cabo. Eso es vital y grandioso para nuestra vida.
T.A.S.C.D.
Proverbios 10; 1 Crónicas 10
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Proverbios 10; 1 Crónicas 10
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás