1 Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados; 2 para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad; 3 y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo. Hebreos 5:1 - 3. RV60.
Hebreos 5:1 - 3 es muy clave para entender el sacerdocio levítico y el Sumo Sacerdocio de Aarón. Hemos tomado estos días para mostrar un poco de lo que constituyó el sacerdocio de Aarón para luego entrar a estudiar el sacerdocio de Cristo el cual es asemejado por el escritor de la carta a los Hebreos como el cumplimiento del sacerdocio de Melquisedec. Aarón no fue escogido por Dios para ser Sumo Sacerdote por no tener ninguna falta o por considerarlo perfecto para este oficio. Dios no nos llama porque estemos listos para ejercer el Ministerio, lo hace por su maravillosa gracia y porque el que llama es el que capacita para el servicio de Su obra. Eso fue lo que pasó con Aarón y luego con sus hijos. El Sumo Sacerdocio de Aarón debía perpetuar hasta que Cristo asumiera esa posición, no por escogencia sino por obediencia como dice Hebreos 5:8.
Cuando leemos detenidamente la escogencia de Aarón y sus hijos para el sacerdocio, y observamos cómo Dios diseñó las vestiduras del Sumo Sacerdote, encontramos tipos de Cristo. Los hombros y el pecho de este Ministro debían llevar el peso de las doce tribus de Israel. Esa es la función de un hombre de Dios. Cargar el peso de quienes pastorean. Sobre los hombros se coloca la carga del pecado del pueblo, pero sobre el pectoral se coloca el corazón del Dios que ama a Su pueblo, y quien está dispuesto a perdonarlo cada vez que se presente delante de Él con un corazón arrepentido. El Sumo Sacerdote era un hombre débil, por eso primero presentaba ofrenda por sus pecados, para poder recibir el perdón de Dios y estar apto para presentar la ofrenda por el pecado del pueblo. Hoy en día quienes ministramos la presencia de Dios a la iglesia lo hacemos por la fortaleza que nos da el Espíritu Santo, y en quien nos apoyamos para convertir nuestras debilidades en fortalezas por medio del sacrificio de Cristo que nos libra de todo pecado cuando en las tentaciones clamamos Su obra completa.
T.A.S.C.D.
Proverbios 7; 1 Crónicas 7
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás
Proverbios 7; 1 Crónicas 7
Toma un cuaderno y responde las siguientes preguntas inductivas:
¿Quién es Dios en el pasaje que escogiste?
¿Qué te enseña acerca de Él o de ti?
¿Qué pecado te muestra que debes confesar?
¿Qué actitud te muestra que debes corregir o mantener?
¿Qué mandato o precepto debes obedecer?
¿Qué promesa debes reclamar y por qué?
¿Qué ejemplo debes seguir, o por el contrario, debes evitar?
¿Qué te dijo Dios. Cómo escuchaste Su voz en este pasaje?
¿Cómo responderás a Dios por lo que te habló hoy?
Recuerda leer el capítulo y escoger la porción de la Escritura en donde meditarás