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TIEMPO DE QUIETUD
Leer: Salmo 46:10
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”.
Creo que la mejor manera de definir un tiempo de ayuno es mantenernos en quietud para conocer más de Dios y su carácter santo. Ayunar para buscar algo que nos conviene es intentar hacer un trueque con el Señor, tratando de convencerlo de que nos bendiga, o nos responda a un tipo de necesidad por la que atravesamos y pretendemos de esta manera doblarle el brazo a Dios.
La vida cristiana debe estar enmarcada de gloria en gloria y de victoria en victoria, pero no nos exime de las pruebas y adversidades a las que nos vemos expuestos en el mundo en que vivimos. Por eso es que intentar ayunar para obligar a Dios sacarnos de un proceso de prueba es intentarle doblar el brazo. El ayuno debe ser un tiempo donde obliguemos a nuestro cuerpo para que abandone la comida natural para llevarlo a comer del alimento espiritual; entonces, podremos mantenernos quietos para conocer a ese Dios que nos salvó para la alabanza de Su gloria.
Leer: Salmo 46:10
“Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”.
Creo que la mejor manera de definir un tiempo de ayuno es mantenernos en quietud para conocer más de Dios y su carácter santo. Ayunar para buscar algo que nos conviene es intentar hacer un trueque con el Señor, tratando de convencerlo de que nos bendiga, o nos responda a un tipo de necesidad por la que atravesamos y pretendemos de esta manera doblarle el brazo a Dios.
La vida cristiana debe estar enmarcada de gloria en gloria y de victoria en victoria, pero no nos exime de las pruebas y adversidades a las que nos vemos expuestos en el mundo en que vivimos. Por eso es que intentar ayunar para obligar a Dios sacarnos de un proceso de prueba es intentarle doblar el brazo. El ayuno debe ser un tiempo donde obliguemos a nuestro cuerpo para que abandone la comida natural para llevarlo a comer del alimento espiritual; entonces, podremos mantenernos quietos para conocer a ese Dios que nos salvó para la alabanza de Su gloria.
Escribe SALMO 46:10
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¿QUÉ TE DIJO DIOS?
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