Como ansía el venado las corrientes de las aguas, así te ansía a ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo iré para presentarme delante de Dios? Salmo 46:1 - 2. RV60
“MI alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”. Así declaraba el salmista delante de Su Dios, del Dios de Israel. Es la misma declaración del pobre en el espíritu que menciona Jesús cuando enseña las bienaventuranzas. Un creyente con hambre y sed de Dios jamás deja de buscar la presencia del Padre. Orar, leer la Palabra, vivir en arrepentimiento, ayunar, meditar las Escrituras y estar en la casa del Señor son necesidades constantes en su vida, porque para ese creyente la vida en el espíritu es Su esencia, es su vida misma.
Los pobres espirituales son insatisfechos por Dios. Lo buscan constantemente, lo anhelan. No saben vivir sin tenerlo a Él presente en todas las áreas de su existencia. El Reino de los cielos está buscando hijos de Dios con hambre y sed del Dios vivo.
Leer: Jeremías 25
Lectura complementaria: Jeremías 26
Para pensar:
Lectura complementaria: Jeremías 26
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.
