Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo. Nehemías 1:4. NVI.
Qué hizo llorar a Nehemías, un hombre cuyo oficio era ser el copero de rey Artajerjes de Persia: La condición deplorable de su pueblo. El tener conocimiento de que los muros de Jerusalén estaban en ruinas, destruidos y sin ningún doliente que los levantara.
Pero el dolor que quebrantó a este líder iba más allá de aquella condición de ruina y destrucción. Su gemir el que lo hizo buscar en oración el rostro de Dios era el pecado no confesado de sus antepasados, de su familia e incluso, de él mismo. Nehemías sabía a ciencia cierta que el pecado es ofender al Dios santo; por eso dobló sus rodillas y clamó a Dios por perdón de pecados antes de la restauración física de unos muros. 1:5 - 10. Todo aquel que es pobre de espíritu reconoce que necesita llorar por el pecado propio y el de los demás, tal como lo hizo Nehemías. Entonces, recibirá consuelo de Dios, por medio de una respuesta del cielo.
Leer: Jeremías 38
Lectura complementaria: Jeremías 39
Para pensar:
Lectura complementaria: Jeremías 39
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.
