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“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.” 2 Corintios 7:10.
Estas palabras las dijo el Apóstol Pablo, un hombre cuya vida cristiana estuvo marcada por huellas de persecución, lágrimas, apedreamiento y muchas cosas más. A veces creemos que esta bienaventuranza es para los de afuera, para los del mundo; pero no es así. Es para los creyentes, para quienes Cristo está formando su carácter. Es para los pobres en espíritu, porque son ellos quienes necesitan la recompensa de la consolación del Padre.
Todo creyente tiene que pasar por pruebas en su crecer en Cristo. Tiene que despojarse de su viejo hombre para que nazca el nuevo, el que se forma en Cristo. La tristeza que es según Dios le lleva a reconocer su propio pecado o incapacidad, y al mismo tiempo le ayuda a seguir adelante en su camino de salvación y transformación.
Leer: Jeremías 35
Lectura complementaria: Jeremías 36
Para pensar:
Lectura complementaria: Jeremías 36
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.
