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Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Mateo 5:2. RV60.
La meta definitiva de todo hijo de Dios es la promesa del Padre, la vida eterna. Esa vida eterna se encuentra únicamente en un reino, el Reino de Dios. Pero dónde se encuentra ese reino prometido. Dentro del corazón del creyente. ¡Increíble! Dios estableció Su reino en un lugar donde nadie puede encontrarlo sino el mismo creyente y, por supuesto, Dios, quien es Su Rey.
Hay un reino presente y hay un reino futuro; pero hay un Rey que sigue estando en medio de Su pueblo. La promesa que Jesús hace en Mateo 4:17 es que el arrepentimiento es el tiquete que le da acceso a un pobre en espíritu al Reino de su Padre, para vivir allí como un hijo de Dios y como un redimido que recibe como herencia todas las promesas que pertenecen al Señor Jesucristo. Así que bienvenido al Reino de Dios por causa de tu pobreza en el espíritu.
Leer: Jeremías 29
Lectura complementaria: Jeremías 30
Para pensar:
Lectura complementaria: Jeremías 30
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.
