Por eso el gobernador Nehemías, el sacerdote y maestro Esdras y los levitas que enseñaban al pueblo les dijeron: «No lloren ni se pongan tristes, porque este día ha sido consagrado al Señor su Dios». Nehemías 8:9. NVI.
Hay llanto que proviene de la tristeza de una mala noticia o de una situación de adversidad o de desastre, pero hay llanto que proviene de saber que Dios está obrando en nuestra vida a pesar de mi condición pecadora o ser un principiante del evangelio.
Para Jesús en su enseñanza de las Bienaventuranza, será feliz el que llora por saber que Dios lo ha salvado al reconocerse como un pobre en espíritu. La condición de llorar puede provenir de saber que Dios en su misericordia me da vida eterna en Cristo. Cuando entendemos las Escrituras nos sucede lo mismo que el pueblo que estaba escuchando las lectura de la Biblia en la boca de Esdras: lloraba al saber que Dios es bueno y tiene de nosotros misericordia.
Leer: Jeremías 41
Lectura complementaria: Jeremías 42
Para pensar:
Lectura complementaria: Jeremías 42
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.
