Creo que a esta parte de nuestra vida en Cristo era que el Señor se refería cuando habla de la felicidad del que llora. Un día, ese día esperado y anhelado por Su pueblo estaremos cara a cara con Dios, con el Padre, y Él mismo secará toda lágrima de sufrimiento, de dolor, de tristeza por el pecado o de tristeza por quienes no se arrepintieron a pesar de que se les hubo predicado el evangelio de Jesucristo.
Previamente a este regalo de consolación el Apóstol Juan escribe: “Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios.” Entonces vale la pena llorar hoy y vivir las circunstancias que tengamos que vivir, sabiendo que Dios mismo estará enjugando cada lágrima que derramamos por el pecador y aun por nuestra propia condición pecaminosa. Aleluya.
Leer: Jeremías 43
Lectura complementaria: Jeremías 44
Para pensar:
Lectura complementaria: Jeremías 44
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.
