Pero ¿quién soy yo y quién es mi pueblo para que podamos ofrecer tan generosamente todo esto? Porque de ti proceden todas las cosas, y de lo recibido de tu mano te damos. 1 Cr. 29:14
David es el mejor y más grande ejemplo a seguir cuando de darle o devolverle a Dios se trata. Tuvo un corazón muy generoso, además tenía una seguridad muy profunda sobre el origen de sus bendiciones. La generosidad de David para con Dios se excedió, fue más allá de su capacidad. Entregó toda su riqueza para construir el templo. Demandó que sus líderes militares lo hicieran también. Se esforzó por dar lo mejor a su Señor, reconociéndolo dueño de todo y sabía que podía darle porque ya había recibido previamente recursos de Sus manos.
Dudar que Dios puede devolvernos multiplicado lo que ponemos en sus manos es anular su poder para hacernos sobreabundar. Recordemos que Dios es fiel y si confiamos en Él no debemos retraer nuestra mano para darle lo que le corresponde, al hacerlo somos muy bendecidos y multiplicados en todo.
Leer: Gé 25
Lectura complementaria: Sl 98
Para pensar:
Lectura complementaria: Sl 98
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿QUÉ ME DICE DIOS?
- ¿Qué le respondo?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí
Las ilustraciones de nuestros mensajes pertenecen a sus respectivos autores.