Devocionales

Prédicas

Altar Familiar

domingo, 9 de septiembre de 2018

Una iglesia saludable adora a Dios

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Mateo 22:37. RV60.

La marca y el propósito más trascendente de un discípulo, iglesia o comunidad cristiana se llama ADORACIÓN. Fuimos creados por Dios para que lo adoremos y para que nuestra vida sea un altar avivado para mantener viva su presencia en cada uno de nosotros.

Amar a Dios va más allá de una simple declaración. Implica una unidad con Él, a tal punto que todo el ser de Dios es el centro de la vida del adorador. Amar a Dios también implica hacerlo a Él la prioridad número de nuestra agenda y de todo cuanto gire en torno a lo que somos, hacemos y tenemos. Cuando amamos a Dios renunciamos a nuestra voluntad para obedecer la Suya, entendiendo
que sus planes para con nosotros son de bien y no de mal, a fin de darnos el final que esperamos. Si lo amas lo adoras, y si lo adoras no tienes problema para obedecer cada una de sus instrucciones dadas por medio de Su Palabra.

Leer: Hechos 15
Lectura complementaria: Hechos 16

Para pensar:
  • ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
  • ¿Qué dice de mi como creyente?
  • Pecado a confesar o evitar
  • Actitud a mantener, cambiar o mejorar
  • Mandato a obedecer
  • Promesa para reclamar
  • Ejemplo digno de imitar o evitar
  • ¿Qué me dice Dios?
Éste y todos los mensajes publicados han sido tomados con permiso del cuadernillo devocional TIEMPO A SOLAS CON DIOS escrito por el pastor Marcos Manrique de la iglesia CBI Medellín, para más información clic aquí