El Apóstol Pablo en su Primera Carta a los Corintios hace una analogía entre la iglesia del Señor y el cuerpo humano. Donde Cristo funge como la cabeza de dicho cuerpo y cada creyente es visto por el apóstol como un miembro de todo el cuerpo que la iglesia reunida en su totalidad en cualquier lugar de la tierra.
El cuerpo humano tiene muchos miembros que individualmente cumple su propia función, pero al mismo tiempo ese trabajo que cada órgano realiza contribuye a la salud del cuerpo mismo. Ningún miembro es más importante que otro; sin embargo, la ausencia de alguno de ellos o alguna enfermedad de uno o varios miembros no permite que el cuerpo funcione saludablemente.
Así como en el cuerpo humano cada miembro se necesita para funcionar saludablemente, así es la iglesia del Señor. Ella requiere de ciertos cuidados internos y externos; así como de una correcta nutrición para que nunca se enferme, manteniéndose en salud plena. Hay cinco marcas o propósitos que ayudarán a que la iglesia sea saludable en todos sus aspectos. Ellos los comenzaremos a ver uno a uno a partir del día de mañana.
Leer: Hechos 13
Lectura complementaria: Hechos 14
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?