¡Fuiste perdonado por Jesús! ¡Aleluya! Entonces, ese es un motivo muy poderoso para compartir las buenas nuevas del evangelio a otras personas. Evangelizar es como un duende que produce temor entre los hijos de Dios. Muchos se asustan cuando el pastor o su líder de GV les dice: ¡Mañana vamos a evangelizar esta cuadra! Prefieren no ir. Se ausentan con alguna excusa de peso. Pero este propósito de la iglesia es el más fácil de aplicar y vivir. Se necesita ser consciente de que si alguien un día me habló de Cristo y llegué a los pies de mi Maestro, yo también puedo hacer lo mismo. Solo es cuestión de determinación porque lo demás lo hace el Espíritu Santo a través de mi.
El evangelismo no es una actividad que se hace, es un estilo de vida del cristiano. Y es estilo de vida porque quienes tienen el hábito de hablar de Jesús a otro, lo que están haciendo realmente es compartir las buenas nuevas del Evangelio, y seguramente el Espíritu Santo está buscando un nuevo pecador para llevarlo a los pies de Jesús, tal como lo hizo contigo. Sólo abre tu boca, que Dios la llenará y lo demás es carpintería para el Espíritu Santo. Él sabe hacer bien su trabajo. Tú ayúdale a que lo haga. Sé un buen colaborador de Dios.
Leer: Romanos 13
Lectura complementaria: Romanos 14
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?