Así como a los ríos, los mares, la tierra y todo lo creado en la naturaleza Dios le puso un límite, a nosotros, la cabeza de su creación también nos puso límites para que nos viéramos en la necesidad de depender de Él y no del conocimiento que poseamos. Hasta el más dotado de los humanos tiene esta restricción, por eso el término “humus” hace referencia a “humanidad”, y “humos” indica humildad, como también tierra.
El trabajo de Dios es engrandecer nuestra alma por medio de las pruebas, pero también es la manera como desarrolla carácter en sus hijos. Dolor y pérdida son dos palabras que detestamos escuchar y menos vivir. Pero son instrumentos de Dios para nuestro desarrollo. En Dios “perder” es “ganar”, y el dolor es la antesala de muchas alegrías; aunque cuando leemos esto no lo entendamos, o mucho menos queramos vivirlo. Al contrario, entre más lejos, mejor. Pero la realidad es otra. Dejemos que Dios haga su obra. Es perfecta.
Lectura complementaria: Génesis 41
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?