Amar bien es el objetivo de la vida cristiana. Esto es más fácil en nuestros sueños que en la práctica. Necesita que se crezcamos a una adultez emocional en Cristo, porque las recompensas son inmensas y no tienen medida.
El problema de la madurez emocional no es el conocimiento del amor que proclama la Biblia, sino el cómo se debe practicar este mandamiento. Aprendemos a ser competentes y tener habilidades en nuestro trabajo y en la educación que recibimos para la vida. Sin embargo, no aprendemos habilidades necesarias para crecer como un adulto emocional y ser maduro en nuestras relaciones con los demás. Aunque en la Biblia encontramos todos los principios para crecer en madurez emocional, preferimos vivir bajo los paradigmas equivocados que el mundo nos ha sembrado en lo referente a las relaciones, y el resultado se llama desastre, guerras, y relaciones fraccionadas con el mundo que nos rodea ¿Qué hacer? Derribar todos los argumentos equivocados que tenemos en cuanto a cómo crecer emocionalmente y poner en lugar de ellos, todos los principios que Dios nos da en su Palabra. El resultado es Amor puro. Crecimiento puro y madurez emocional y espiritual pura.
Leer: Éxodo 30
Lectura complementaria: Éxodo 31
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?