Muchos creyentes conocemos bien las verdades bíblicas y hasta recitar de memoria muchos versículos y pasajes de la Escritura; e incluso, identificar muchos de los mandamientos y principios clave para integrar una vida cristiana victoriosa y madura. Creemos de corazón que debemos estar viviendo todo esto; sin embargo, el problema es que no sabemos cómo hacerlo.
¿Dónde radica el problema de la falta de madurez emocional y espiritual? En saber integrar emociones y espiritualidad a la manera de Dios y renunciando a nuestros propios criterios humanistas para tratar con los demás, con Dios y con nosotros mismos. Y para lograrlo requerimos de ser guiados por creyentes más maduros que nosotros, que hayan pasado por este mismo proceso de la mano de otro creyente más maduro que él o ella. A esto lo denominamos “paternidad espiritual”. Esa es la clave para crecer en Cristo y madurar a la manera de Dios. No lo intentes a tu manera, no te funcionará.
Leer: Éxodo 32
Lectura complementaria: Éxodo 33
Para pensar:
- ¿Quién es Dios/qué hace en mi vida?
- ¿Qué dice de mi como creyente?
- Pecado a confesar o evitar
- Actitud a mantener, cambiar o mejorar
- Mandato a obedecer
- Promesa para reclamar
- Ejemplo digno de imitar o evitar
- ¿Qué me dice Dios?